Empezó un nuevo año
escolar, con metas académicas por cumplir, las cuales no se logran por suerte,
sino por el trabajo, perseverancia y empeño en el diario deber escolar, unido a
mucha energía positiva y deseos.
Cada
ciclo escolar que comienza genera expectativas, para los más pequeños que
inician su vida escolar, el ingreso a este nivel de escolarización representa
un cambio significativo en su existencia, inicia el paso a la socialización lo
cual implica la incorporación de hábitos, costumbres y normas propias del
ámbito escolar. Y gran parte del aprendizaje va a estar ligado a la forma en
que se produzca este proceso de socialización.
En cambio, para los
chicos que ya iniciaron esta etapa, supone un momento de reencuentro con sus
compañeros, la institución, las maestras; sin embargo también enfrenta otros cambios: nuevos profesores,
nuevas materias, nuevo grupo de compañeros y, algunos, un nuevo colegio.
Estos cambios provocan algunas alteraciones
en el estado de ánimo de los niños y, aunque al principio, ir al colegio
supondrá un gran esfuerzo, con el paso de los días se irá amenizando. En
cualquier caso, el ánimo de los padres debe ser esencialmente positivo para su
hijo, sobre todo, porque ir al colegio supone obligaciones: hay que estudiar y
hacer deberes.
Año tras año, la situación se repite y
supone un considerable esfuerzo para reajustarla. La adaptación o la
readaptación es un proceso, que suele durar aproximadamente una semana, siempre
que el ambiente escolar y familiar sea el adecuado. Todo dependerá de la
actitud que tengan los educadores y los padres. Ambas partes tendrán que estar
preparadas para transmitir a los niños una impresión positiva de lo que
representa ir o volver al colegio, y apoyarles en la transición de las
vacaciones a las clases.
Es importante prepararlos para el regreso a clases con una o dos semanas de anticipación y evitar así, dificultades que puedan afectar su desempeño en la escuela más adelante, sobre todo ayudarlos a que retomen los horarios.
- Sueño: Dormir bien y durante el tiempo suficiente, es muy importante para que los niños retomen la rutina de levantarse temprano y para que no vean afectado su rendimiento escolar. Se recomienda que desde una semana antes del regreso a clases, se vuelvan a acostar temprano para que retomen el horario. La hora antes de dormir es también una buena oportunidad para hablar con ellos acerca de sus expectativas.
- Comidas: Levantarse con tiempo suficiente para desayunar de manera nutritiva y balanceada, ayuda a que los niños se concentren más fácilmente en sus clases. Es recomendable mandarles un refrigerio para que lo consuman a media mañana y retomen la energía suficiente para continuar con el resto de sus actividades. También es importante buscar siempre la oportunidad de comer en familia; tiempo muy valioso para hablar con ellos acerca de las buenas y malas noticias que ocurrieron en la escuela.
- Tareas: Hablar con los hijos acerca de qué momento del día es el mejor para dedicarle tiempo suficiente y de calidad a esta actividad: puede ser llegando de la escuela y antes de comer, después de comer y de jugar un rato o antes de salir a jugar. Lo importante es que el horario acordado sea respetado.
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